Sin duda, una de esas perlas ocultas de Estocolmo es su archipiélago. Forma un inmenso parque que cuenta con alrededor de 30.000 islas.
Mucha gente ignora la existencia de esta maravilla de la naturaleza. Y la gran mayoría de los turistas se van de la ciudad sin haber disfrutado de esta magnifica atracción.
Este archipiélago es olor a salitre. Son cientos, miles de islas que forman laberintos que salpican el mar Báltico. Son pequeñas calas rodeadas de bosques de pinos. Es naturaleza exuberante y también aventura.
Es sin duda el patio de recreo de los habitantes de Estocolmo. Rutas de senderismo, pesca, rutas en bicicleta, en kayak, días de playa… son tan solo algunas de las múltiples opciones que tenemos.
Desde Vaxholm al resto del archipiélago
Vaxholm, se trata de una pequeña villa marinera situada en las inmediaciones de Estocolmo. Y es considerada como la capital del archipiélago.
Durante generaciones la principal actividad de sus habitantes fue la pesca del arenque. Actividad que los haría nacionalmente conocidos. Ya que los arenques son a Vaxholm, lo que las anchoas son a Santoña.
Corría el siglo XVI cuando el más famoso de los Reyes suecos, Gustav Vasa, decidió construir una pequeña plaza fortificada que si sirviese como defensa a la capital del reino. Este hecho sería de capital importancia y determinante en la historia de Vaxholm, de este modo se iniciarían más de 500 años de historia militar.
Es precisamente esta plaza fortificada uno de los mayores atractivos de este pequeño pueblo. Con solera y mas de 5 centurias a sus espaldas, este emblemático edificio es toda una atracción turística. Solo accesible por mar, hace hoy las veces de museo.
En el siglo XIX la historia de Vaxholm da un giro radical y pasa de ser un pueblecito pesquero y militar al lugar predilecto de la más alta aristocracia de Estocolmo.
A día de hoy es uno de los mayores reclamos turísticos del archipiélago sus calles llenas de terrazas y de vida contrastan notablemente con lo que suele ser la norma en los países nórdicos.
Desde este pequeño puerto tendremos acceso marítimo a la mayoría de pueblos, puertos e islas del archipiélago (que tengan una cierta relevancia).
Podremos comprar los tickets para los barcos en las distintas cabinas o kioscos que hay en el puerto. Para consultar los horarios, trayectos y frecuencias, lo mas recomendable es a través de esta pagina web, aunque también podremos hacerlo en el mismo puerto.
Senderismo, explorando los rincones secretos del archipiélago de Estocolmo.
Suecia es naturaleza exuberante, grandes bosques de coníferas, pequeños senderos por los que caminar, sabor a arándanos y olor a tierra mojada, introspección y silencio, cruzarte con conejos, ciervos y alces…
Lo mejor: que no hace falta caminar mucho o ir demasiado lejos para toparte con estas maravillas. A pocos minutos de cualquier población estarás inmerso en la mas densa naturaleza.
Ejemplo de ello es el caso de la capital. Ya que tras un pequeño trayecto en coche puedes encontrarte en plena naturaleza. En un archipiélago único que forma un mosaico de mas de 30.000 islas.
Muchas de ellas recorridas por pequeños senderos ideales para desconectar de los ruidos y del estrés de las ciudades. Perfectos para pasar el día en familia o hacer senderismo.
Otros caminos, en cambio, son mas grandes. Ideales para los amantes de las bicicletas y el cicloturismo. En esta web podrás encontrar casi 20 rutas de senderismo para explorar los alrededores de Estocolmo
Surcando el Báltico en kayak
Aunque podrás contratar kayaks en casi cualquiera de los principales puertos del archipiélago, incluso desde la misma ciudad de Estocolmo, un buen lugar para comenzar es el pueblo costero Dalarö.
Situado a tan solo 45 minutos en coche de Estocolmo, en este pueblecito podrás contratar una salida guiada en canoa.
Comenzaras a remar por las mansas aguas del puerto y en pocos minutos te sorprenderás zigzagueando las pequeñas islas de los alrededores. Desde el mismo asiento de tu kayak observaras el variado paisaje: escarpados acantilados rocosos que contrastan con islas que apenas se elevan unos pocos metros sobre el mar y playas prácticamente vírgenes.
Nada como detenerte en una isla desierta, atracar tu canoa en sus finas arenas, sentarte a oír el ritmo de las olas mientras disfrutas de tu almuerzo. O quizás zambullirse en las aguas del Báltico en un cálido día de verano…